Si hablamos de recetas...

Quisiera hacer un breve interruptus en la novela de las 4, por un lado porque no se me ocurre qué escribir para continuar esa historia, y por otro para recuperar el espíritu de este coso, que vendría a ser algo así como el reflejo distorsionado del coso de Lacanna, ¿no eramos los Salieris del Marcelo este nosotros?
Bueno, mientras esperamos que alguien siga con el segundo capítulo (¿o era la segunda parte del primero? No sé, medio que me perdí) y que Fender acepte de una buena vez la invitación a ser parte del selecto grupo de escribientes, acá les quiero dejar otra posible receta de domingo, porque si bien la de Lacanna es para un viernes, hoy ya es sábado y sería demasiado esperar hasta la próxima semana. A ver si me siguen:

1- Como dije que era sábado, correr antes que cierren todos los negocios y agenciarse de un pollo término medio, algunas papas, cerveza, mucha y vino a elección.
2- Volver a casa tratando de no romper nada.
3- Acomodarse un rato en el sillón para juntar fuerzas para ponerse a cocinar, porque si bien todo parece muy lindo, pero cuando comenzamos a ensuciar platos ya no parece tan divertido.
4- Nada de Pink Floyd, Jarré ni esa musiquita medio maricona, como ya aclaramos, es sábado a la noche, apto desde Judas Priest hasta Los Guasones, o sea, cualquier cosa que supere los decibeles permitidos por el consorcio. Antes de empezar, volver al living y subir dos puntos el volumen.
5- Sacar el pollo de la bolsa del super, mirarlo un rato, destapar el vino, dejarlo reposar unos minutos y aprovechar ese tiempo para ir acomodando las cervezas sobre la mesada.
6- Servirse una buena copa de vino mientras analizamos cómo encararle al pallo, ya despansurrado.
7- Recordar que vinimos a cocinar un pollo y no a tomar vino, de todas formas servirse otra copita, que no le hace mal a nadie.
8- Poner el pollo en una bandeja profunda, pelar las papas y cortarlas en rebanadas gruesas, levantar los pedazos de cristal de la copa de vino que acabamos de hacer trizas cuando sacamos la bandeja.
9- Servirnos otra copa, que un desliz culinario no va a amargar una noche de sábado, ¿porque era sábado no?
10- Si no recordamos si le habíamos puesto sal y pimienta al pollo, con tanto desastre de cristales rotos, volver a hacerlo, poner las papas cortadas rodeando el mismo.
11- Destapar la cerveza, servirse un vasito para chequear que esté en buen estado.
12- Con dos vasos era suficiente para el chequeo, no se engolocine, rocié el resto de la botella de cerveza sobre el pollo y las papas. Sí, sí, parece un asco, pero después queda rico.
13- Prenda el horno y mientras se calienta sírvase otra copita de vino, que la cerveza le dejó un gustito amargo al fondo del paladar.
14- Pucha, se acabó el CD de Judas, vaya a cambiarlo.
15- Usted estaba por hacer un pollo, ¿qué hace en el living tomando vino y escuchando Iron Maiden?
16- Meta el horno en el pollo... Eh... No el pollo en el horno... Se acabó la primer botella, ¿dónde había dejado la segunda?
17- Mire por la ventanita del horno a ver cómo está dorándose el pollo. Deje de reirse como pavote y mire el pollo, ¿cómo que pollo? ¡El del horno! ¿Ya se acabó la segunda botella de totín! Me parece que nos cagaron en el super y nos vendieron de medio litro...
18- Este vinito eshtá suaveshito, ¿no le parece? Sirvamos una segunda copita... ¿Que no es la segunda? No sea ortiva, ¿quién lleva la cuenta?
19- Llamó el veshino para deshir que había mucho ruido... Veshino buchón! Eh... Pongamos a Shakira que eshtá buena...
20- Llamé a un amigo para deshirle que lo quieeeeeeere muuuuuucho! Y destape la botella que tenía guardada porque lo del super ya se acabó.
21- ¿No huele a quemado? Debe sher el quisko de al lado, que vende pirotecnia trucha. ¿Dónde eshtá el vaso? No sé... ¿Y el vasho? Mah, si, bushquemos otro en la cocin....
22- ¡Se quema! ¡Se quema! ¡Se quema el pollo!
23- Limpie todo, abra las ventanas para que se vaya el humo, llame a una pizzería y baje el volumen que tengo un dolor de cabeza que son dos dolores de cabeza.
24- Anótese para el domingo que viene no cocinar, que después no hay dios que le saque la resaca.