Tanto va el cántaro a la fuente...

Etiquetas: Lacannianas
Un día Marcelo Lacanna abandonó a la buena de Dios a sus lectores, y en un arranque de rebeldía adolescente estos se confabularon formando una cofradía que honraría su memoria hasta su regreso. Cuenta la leyenda que volvería con cocos y cartas de Ricky Martin.
9 Comentarios:
si, le hinchamos de una vez por todas las pelotas de tal manera, que nos mandó virtualmente a freir churros.
Salú, Lacanna!
Se pudrió todo
Si no me lo decían, no me daba cuenta...
De verdad!!
Cacho Castaña tiene la culpa.
Ustedes son unos amores de comentaristas y yo... yo no, pero tampoco soy Bin Laden che.
Y bueh.. Fue lindo mientras duró.
ME SENTI ENOJADO POR ESO DE ENERGUMENOS PAJEROS
YO ASPIRO A CINEASTA TENGO MUCHA PRESION
ACASO NO PUEDO DESEAR A VER PECHOS???
QUE LO PARIO¡¡¡¡¡
JE JE ES BROMA
VINE A VER TU BLOG
Ver a Paco y a Lacanna un poquitín alcoholizados ( yo no me quedé atrás, debo decir) es inenarrable.
Saber que Marcelo y naty nos consideran "un par de enfermos" a paco y a mi por recitar ( sin omitir una coma) el inventario completo de las obras de Les Luthiers, y después ponernos a leer a dos voces La importancia de llamarse Ernesto, de Wilde...bueno, no exageraron. Somos unos enfermos
Ya les contaremos detalles
Nos vemos el viernes en La Trastienda?
Ahí nos veremos.
Y si, es cierto. Yo, por lo menos, estaba muy borracho.
Aaah, no. Yo no tenía una gota de alcohol encima...
Yo caminaba línea recta (al desastre... pero bué) y me tocaba la nariz (la de otro, no la mia)...
Digo... Nos vmeos en la trantienda, pipol.
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