Pasión Murrera - Capítulo 19La voz en las escalerasO el regalito de Navidad

Ante la amenaza intangible pero amedrentadora de María (que desde que puso fotito en su avatar me pone nervioso el sólo hecho de abrir la ventanita de comentarios) se hizo completamente necesario un nuevo posteo.
Además, viendo la escasa, por no decir nula participación salierense y ante la inevitable posible defunción del coso este, me veo obligado a adelantar mi prometido capítulo 20 al 19, que la literatura es una cosa y la murra otra muy distinta.

Habíamos dejado a nuestros extrañados amigos en medio de una fiestita de disfraces en la casona del benemérito Lacanna (por si no tienen ganas de andar leyendo el capítulo anterior) y justo cuando se estaba poniendo interesante la cosa, se escuchó una voz desde lo alto que preguntaba: "Nene, ¿qué está pasando acá?"
El silencio se apoderó de los presentes y los devolvió al rato. La incertidumbre cundió entre las caras y los antifaces. Y para peor, como esto no tiene sonido, todos quedaron a la espera de que alguien se dignara a decir si la voz proveniente de los altos era femenina o masculina, porque eso de que era parecida a la de Graciela Borges, pero con mucho pucho, dejó más de una duda..
"Nene, a ver si te descongelás y me das un poco de bola, ¿qué está pasando?" -se volvió a escuchar. Y todos giraron su rostro hacia Guillex, que al ser el menor en la sala, lo quisieron hacer cargo del "nene" inquisidor.
- ¿Y a mí que me miran? Si buscan a un nene dejen de usar diafragma. ¡Y me llamó Guillez, concha de la lora!
Todos, desalentados, giraron el rostro hacia El Bruche...
- Ni en pedo, a mi no me encaren, que acabo de llegar y apenas me serví un fernet.
De nuevo todos giraron las cabezas, en un solo movimiento, hacia donde estaba Zorra...
- ¿Y yo qué tengo de nene, pelotudos?
Vuelta a girar las cab...
- ¡A ver, a ver si nos dejamos de girar las cabezas que ya tengo el cuello a la miseria! -los interrumpió de golpe el Doctor Tequesta, mientras se pasaba una mano por la nuca y la otra por las bolas.
- ¿También te duele ahí, corazón? -le preguntó Naty que había aprovechado la confusión reinante y, aprovechando su disfraz de mucama, se había ortivado todos los ferrero rocher que tenía acaparado el señor embajador.
- A decir verdad no me duele, pero mirá que hinchada está, debe ser la picadura de una serpiente...
-¿Le hacemos un tajo y la chupamos?
-Salteemos el primer paso, chiquita, que para tajos esta fiesta está abarrotada.
Pero al tiempo que Naty se estaba agachando y Ana se acercaba peligrosamente para interiorizarse de las inflamaciones del doctor, se volvió a escuchar la voz...
- ¡Pero la puta que los parió! ¿Alguien me va a dar bola? ¡¿Que mierda está pasando acá?!
María, que estaba a horcajadas de Marcelo, entre jadeos le dice: -No se por qué, pero me parece que la cosa va con vos...
Y Zorra, que también estaba haciendo buen uso de la fisonomía lacanianna, en una versión muy libre del animal de dos espaldas, trató de hacerla callar a los manotazos: - ¡Callate, perra, una vez que le estamos dando matraca y vos venís con esas ideas!
- No, no, la señorita de trenzas tiene razón, me parece que es conmigo la cosa...
- Esta cosa también es con vos -le contestó Zorrita señalándose poco femeninamente ciertas partes del cuerpo...

-Paren, paren, paren, que ya me tiene hasta las pelotas mi hermana y a veces mi viejo con eso de la poca femineidad y lo único que falta es que acá también vengan a triturarme los ovarios con esa cantinela, ¡yo esto no lo digo, ni lo actúo, mierda carajo!
- Ehhh... Zorrita, deberíamos seguir con el guión, me parece que...
- ¡Que Zorrita ni ocho cuartos! ¡Zorrita las pelotas! ¡O me cambian el libreto o los dejo cagar solos!

- No, no, la señorita de trenzas tiene razón, me parece que es conmigo la cosa...
- Esta cosa también es con vos -le contestó Zorra con un mohín seductor.
- Pero es que sino subo acá se pudre todo. -afirmó Marcelo mientras se levantaba y se dirigía a las escaleras.
De camino, Caro lo miró, aprovechó y le manoteo el...

- ¡Ah!¡No! Así de última no. ¿Qué soy yo, una desesperada soy, que tengo que ir manoteando a los que me pasan al lado? ¿Eh?
- Bueno, pero es que sólo se trata de un gesto menor para darle cierta gracia al momento...
- ¿Gracia? ¿Y me viste cara de monita a mi?
- Ehhh... No, no... Bueno...

De camino, Caro lo miró con desdén mientras se satisfacía sola...

- ¿Satisfacía sola? ¡Pero vos sos un hijo de puta al final! Si no ligo de garrón, me hago la Manuela, ¡qué bonito!
- Ok... ok...

De camino, Caro lo miró.
Cuando estaba por llegar a la escalera se volvió a escuchar la voz, pero mucho más cercana:
- ¡Apareciste, cabrón! ¿Cuánto tiempo me ibas a tener encanutado en la piecita del fondo?
- Pará, papá..
- ¡¡¿¿PAPÁ??!! -dijeron todos anonadados elevando sus ojos hacia la figura que comenzaba a asomarse desde el primer piso.
- Papá Noel, marmotas, ¿no ven que es Papá Noel?
Efectivamente, un hombre gordo, con barba blanca, vestido de rojo y gorro al tono, portando una inmensa bolsa de terciopelo se paró junto a Marcelo.
Paco se acercó a Fender y le dijo bajito: - ¿Papá Noel no hacía jo jo jo jo?
- Jo jo jo jo te voy a dar a vos cuando me saque este poncho de mierda de encima, ¿a quién se le ocurre vestirse todo de pana en pleno diciembre? ¿Prendiste el aire?
- Para ser Papá Noel le falta un poco de dulzura para mi gusto. -le comento Feehitoo a El Bruche, que se estaba acomodando el patito de goma, que ya a esa hora se comenzaba a desinflar peligrosamente.
En una demostración de un increíble sentido auditivo, el tipo de rojo le respondió: "Querés dulzura, papi?, vení que te doy un pirulín."
- Yo que usted no voy, Feehitoo, para mí que ese Santa Claus se lo quiere pirobar. Mejor me infla un poco el patito, que lo veo medio mustio.

-¡Bueno, bueno!¡Si no me quiere empomar el gordo aquel, El Bruche me quiere llenar la boca de nerca! Al final de cuentas me tiene para el cachetazo a mí. Yo así no sigo, así no sigo, me tienen las borlas perladas por el sopi!
- ¡¡¡CORTENLÁ!!! Que no estamos en un plebiscito, la puta madre, al final esto parece más un piquete que un set de filmación. Y vos volvé a la marca, que yo ya me las pateo con sus caprichitos, y si el gordo de la bolsa te quiere emgrampar, yo no pienso hacer nada, que ya nos empomó a todos con el cachet que pidió por tres líneas de mierda. ¡¡Vía, vía!! A laburar, y el próximo que cacarea se queda sin vacaciones.

- Pero te dije que esperaras hasta las doce de la noche, son apenas las diez y cuarto...
- Pero me cago mal de calor acá adentro Marcelo, además, ¿a quien carajos le importa si salgo a las diez o a las doce, si hoy no es Navidad y todos están en pelotas dándose murra sin parar.
- En ese caso...
Marcelo se da vuelta y haciendo bocina con las dos manos grita:
- Pongan música que llegó Papá Noel, ¡vivan las fiestas, vivan los regalos y viva la joda!
Y así empujó a Papá Noel a la multitud, la cual saqueó violentamente la bolsa de regalos, que como todos esperaban, no contenían cotillón exactamente.
- Pepe pepepepe pepe pepepe...


- Che... ¿ya nos tocará salir?
- Callate Melchor, y acomodate, que me parece que esto va para largo.