Pasión Murrera - Capítulo 21El debut de un Salieri

Tratando de recuperar la dosis salieri necesaria para afrontar esta Argentina que nos ha tocado vivir, una nueva entrega de Pasión Murrera.
Un capítulo corto, que arranca medio tranqui, pero al toque se desbarranca en un precipitado raconto de acontecimientos, en los cuales más de uno va a salir con el tujes dormido. El misterio está servido...

Un buen día el Bruche apareció en las oficinas de la productora “Murras del Sur”, agarró todos los guiones que estaban preparados para las próximas realizaciones de Pasión Murrera, y sin que nadie pudiera detenerlo, hizo un gran bollo y lo arrojó a la estufa.
Se vivieron varios minutos de zozobra, algunos corrieron en busca de extintores en el departamento de al lado, otros escupían groseramente sobre las llamas, un par trató de explicarle al atolondrado, que si quería montar escenitas de novelas mexicanas, que primero hiciera instalar un hogar en la oficina, que las estufas a pantalla no son lo mejor para esos menesteres y el resto huyó cobardemente al grito de “actor de reparto que huye sirve para Gran Hermano”.
- No me vengan con reclamos, esto se acabó, ¡yo quiero ser feliz!
Nadie, pero nadie, ni siquiera quien esto escribe, esperaba estas palabras. Se hizo un silencio sepulcral, ni una mosca volaba –se habían quemado todas en el principio de incendio.
- ¿Lo qué, jefe? –le preguntó entre sorprendido e irónico Tequesta.
- ¿Usted me lo está preguntando en forma sorprendida o en forma irónica? –le preguntó el Bruche, que podrá estar piantao, piantao, pero no se le escapa una.
- Un poco sorprendido, pero a decirle verdad, también con un poco de ironía, es que uno escucha tantas pelotudeces…
- Hablando de pelotudeces, agarre esto y vaya practicando.
Tequesta se quedó mirando, ahora sí sorprendido y para nada irónico, un terrible falo de plastico verde fluo con una inscripción por demás visible desde el rincón más alejado de la oficina.
- ¡Ah! ¡Un Ass Destroyer 2007! –gritó Zorra desde ese exacto rincón. –Conocía el modelo 2004, 2005 y 2006, me dijeron que el 2007 tiene un vibrador lateral y una pintura fosforescente que brilla en la oscuridad, a ver…
Y, ni lenta ni perezosa, se acercó a Tequesta y se lo fue a sacar de las manos, pero el profesor forcejeó y le dijo, admonitoriamente: “Me lo dieron a mí, zorra angurrienta”.
- ¡Epa, epa, epa, epa! ¿Qué tenemos aquí? ¿Una demostración de necesidades anales insatisfechas? ¿Un ataque repentino de putez? ¿Acaso un alarmante llamado a…?
¡ZOK!
El Ass Destroyer 2007, después de producir una suave parábola descendente acabó silenciando a Fender, que creyó oportuno guardarse por unos minutos sus apreciaciones sobre las preferencias sexuales de Tequesta y buscar urgente un analgésico potente.
- ¿Alguien más tiene alguna teoría evolutiva? –preguntó Tequesta enarbolando el falo. El falo de plástico, aún la escena se mantiene en un nivel tolerable de violencia y sexo explícito.
-¡Esto tampoco me está haciendo feliz! –repitió el Bruche, que de repente se dio cuenta que había dejado de ser el centro de atención.
- ¿Querés que te haga feliz, papi? –le preguntó con un susurro Ana, que se acercó peligrosamente al Bruche. Peligrosamente para Caro, que estaba distraída buscando una lente de contacto en el piso, y una rueda de la silla de Ana le estrujo los dedos de la mano izquierda.
- Ahora no, ahora no, yo lo que quiero es la verdadera felicidad, lo que tiene este tipo… -y arrojó sobre el escritorio un recorte de un diario con esta nota
- A verga… -dijo Guillez y agarró la papeleta – Hmmm… Buda… Dalai Lama… Tibet.. Aja… Hmmm… Libros… Sexo no… ¿Sexo no? ¿¿Pero vos estás en pedo??
- ¿Dónde dice que sexo no? –preguntó preocupado el Bruche.
Feehitoo le quitó el papel a Guillez, a quien le había dado un repentino ataque de risa y apenas se podía mantener en pie.
- Acá, clarito, hace treinta años que este dolape no la pone, y encima dice que es feliz… -Feehitoo no pudo seguir leyendo porque también sucumbió a la demostración de risa de Guillez y ambos, abrazados, ruedan por el piso.
El Bruche sin prestarles atención comienza a balbucear- Ehhh… No había terminado de leer… Estaba apurado… Te dije María que las fellatios no se llevan con el periodismo serio.
- ¡Ahhh! ¡Ahora la culpa la tengo yo! Bien que no protestaste cuando estabas probando de rodearme una teta con una sola mano.
- ¡Ahhh! Cierto, muchachos, no saben, si tratan de agarrarle una teta con una sola mano no pueden, se escapa pa´l costado…
- Vos porque tendrás la mano chiquita… -supuso Paco, que ya estaba tanteándole la delantera a María.
- Chiquita, ¡esta! –le respondió airado el Bruche, que ya se había olvidado de la felicidad, el Dalai lama y la mar en coche, y peló en medio de la oficina.
-¿Chinita? ¿Usted me llamó? –y en un alarde de ilusionismo apareció la Chinita Jodida, que en su primera intervención estelar en estas pasiones murreras, no perdió tiempo y abarajó el ganso del Bruche y se puso a hacer unas extrañas mediciones que involucraron varias de sus extremidades.
Mientras tanto se había armado cierta polémica en torno al diámetro exacto de los pechos de María, Naty, Zorra, Tequesta, Caro, Fender, Paco, Guillez y Feehitoo habían logrado hacerse un nudo gordiano tratando cada uno de agarrar una teta.
Pero nadie vino a desatar nada, al contrario, aprovecharon la confusión y se pusieron todos bien en pelotas.
El Bruche, habiendo ya hecho las correspondientes presentaciones sociales entre su aparato y la Chinita, la invitó a integrarse más al grupo, invitación que la muy turra se tomó a pecho y se hundió sin queja entre la masa sudorosa.
Y aquí dejamos a nuestros buenos amigos, en la actividad que más les agrada, sin haber nombrado ni una vez ni a Podetti, ni a Lacanna, ni siquiera a su señora madre.
Nos veremos en unos días para…
-¡Aaaaaaaaaaalto! –se escuchó una voz de desgarro masculina- ¡Que siento que me empernaron y no me estoy cagando! El que me tenga empalado que lo saque o que sufra las consecuencias.
Nadie respondió pero una pequeña risa se escuchó entre los jadeos y una vocecita femenina afirmó: “Por fin estrenaron la popa de un Salieri, apaguen la luz y veamos por fin a quién le brilla el culo”.