Lacanna: una gloria del humor nacional

Nos encontramos en las pampas húmedas del centro de la Argentina, recorriendo el prado que rodea la Mansión campera de María, la más paisa de las Salieris.
Bajo una pérgola con glicinas, nos espera ella, con un vestido rojo a lunares blancos, muy escotado, y sus negras trenzas al viento

Maestra ¿No lo extraña al Maestro?(al otro)
La verdá, si. Más de lo que me imaginaba ( da una chupada) (¡Al mate, che!)

¿Cómo lo conoció?
Yo era una purreta, que le afanaba sistemáticamente la revista Sex Humor a mis progenitores, y cuando leía las notas de Marcelo, bajo las sábanas, me tocaba.....quiero decir, me tocaba hacer la cama, que quedaba toda deshecha. En vivo y en directo, es otra historia

Cuentenos
¿Qué cosa?

La otra historia
¿Me lo está diciendo o me lo está informando?

Bue.. ¿Nos podría contar la otra historia?
Ah, la historia de cómo nos conocimos con Marcelo....Como le decía, es otra historia, no la mía. Yo lo tengo más tocado que visto. Y más que nada desde que nos dieron el protagonismo en la novela. Pero él, es reacio a que aparezcamos en público. En púbico, en vello púbico, no tiene problema

Dicen que es un gran periodista de espectáculos...
¡Dicen tantas cosas de todo el mundo! y no todas tendrían que ser ciertas, pero en fin. Es lo que hay. Y como decía mi abuelita, más vale pajarón en mano que paja..... que pajaros por ahí volando, no?

(Sin entender muy bien que quiso decir María con todo esto)
Eh...está bien, está bien... bueno... si no hay nada más que decir...
No! espere! le cuento salgún chusmerío de los demás Salieris, si quiere...

Deje, deje...con estos datos me alcanza.
Pero tendría que decirle algo muy importante...

Digame María
¿María?

¿Usted no es María?
Sí, pero si nos movemos, dejaré de serlo

Y maría le da murra al periodista
FIN