jueves, junio 21, 2007

Reunión Anual Salieri. Primera Parte

Recibí esta extraña carta en mi buzón norteño:

Estimado Fender San Gebiet:
Intimo su presencia el próximo jueves 14 de julio en la Mansión Salieri, cita en...

"Uff", me dije, "el Bruche se tiró la guita de la novela en una casona. Se ve que venderla a los rusos como novelón para la siesta sibérica dio sus frutos. Y no me invita, me intima... ¿Será que cuando escribió la misiva se había disfrazado de domador de ballenas -su última fantasía fetichista-, o que eso de intimar le resulto más sugestivo? ¡Si es así, que lo intime a Feehitoo, conchitumadre!"

Al asumir mi obligación, supe que tenía que informar a los altos mandos la existencia de esta nueva misión y requerir instrucciones. Mientras discaba, me pasó por la cabeza una escena lésbica entre Chinita y Caro. Uhmmmm...
"Demasiado fuerte, tengo que concentrarme. Un segundo, nada más. Bueh, dos."
"Má sí."
¡TUuuuT-TUuuuT-TUuuuT!
Me sacó de la ensoñación la canora y prístina voz de mi peor es nada:
Altos Mandos: ¿Mi amor? ¡Hola!
Yo: ¡Hola, amor! Justo estaba pensando en vos...
Altos Mandos: Uhmmm... No me jodas, seguro estabas pensando en la Scarlett, pero no te quedaba otra que llamarme a mi...
Yo: No, mi amor. Vos sabés que ella es sólo una distracción cuando estás lejos... Lo que a mi me gustaría es una menage a trois con ella y vos... y yo... y...
Altos Mandos: ¡Basta! Ahora me venís con eso, pero seguro vas a salir pidiéndome algo...
Yo: Esteee... Algo así: el Bruche me mandó una especie de invitación para una reunión en la Mansión Salieri.
Altos Mandos: Pero, nene, vos sabés que yo los quiero mucho a los chicos y que...
Yo: Sí, pero vos los conocés muy poco...
Altos Mandos: ¿Vos te creés que me chupo el dedo? No, nene. Pero las chicas salieris y yo nunca vamos a pelearnos por un salam... ehhh... por alguien tan lindo como vos.
Yo: ...
Altos Mandos: Y, nene, yo ya sabía. Me llamaron Naty, María, Ana, pidiéndome permiso para que te deje ir.
Yo: ¿Permiso? Pero si yo...
Altos Mandos: Si, dijeron que te iban a cuidar bien, que iban a controlar que sólo hicieras el papel medio boludo de voyeur y que te iban a devolver bien calentito...
Yo: ¡Qué me parió!
Altos Mandos: Si, andá, mi amor. Yo sigo viendo esta pelicula con Clive Owen... Uhmmm...
Yo: 'Ta que los parió!
Altos Mandos: Si, yo también te quiero...
TUUUuuuuuuuu....

Habiendo entendido que había una conspiración entre mi chica y las Salieris, me resigné. Por lo menos, no me iba a perder la fiesta.
Hice el bolso. Me quedé un rato mirando los implementos, dudando. Suspiré y me despedí de ellos.
Arriba del bondi me quedé dormido rápidamente. Soné con la reunión.
Naty, María y Ana se me acercaban, lujuriosas. Suaves gasas y tules ocultaban sus voluptuosidades, que se adivinaban infartantes. Me rodearon, me acariciaron. Me vendaron los ojos, mientras gemían y se tocaban entre ellas. Intenté agarrar alguna, estirando mis brazos, pero se me escurrían, con risas.
De vez en cuando, tocaba una curva sugerente, una teta generosa, un culo respingón.
Un pecho velludo...
¡¡¡Paco!!!
¡¡¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!
Me desperté sobresaltado, casi a punto de entrar en la terminal porteña.
"El café de estos bondis es alucinógeno ¡puta madre!"
En el andén me esperaban Guillex y Tequesta, llegados unos momentos antes y con las órdenes del Jefe de llevarme rápidamente a la Mansión.
"Jajajaja, boludo ¿así que no la vas a poner?", dice Guillex.
"Mierda, qué rapido viajan las malas noticias", digo yo.
"Mejor, más para nosotros..."-dice Tequesta- "si este pendejo no la pone, se muere ¡Jajajaja!"
"Si, vos verdugueame, pero cuando quieras ver todas las chicas me van a elegir el Rey del Sexo salieri..."
"¿Cómo es eso?" -pregunté.
"Hay doscientos mil dólares y un viaje a California para pasar seis días con Scarlett Johansson en el hotel más grosso de Hollywood de premio, para el que las chicas elijan como el Rey del Sexo", contestó Tequesta, sin poder contener las carcajadas ante mi creciente cara de pelotudo.
"Putaqueloparioputaqueloparioputaqueloparioputaqueloparioputaquel..."
En ese momento, obedeciendo una orden secreta del dramaturgo que gobernaba esta tragedia, suena mi celular (el ringtone personalizado -una "alegre" melodía de This Mortal Coil, uno de los grupos favoritos de mi corazoncito- me avisa que es ella quien me llama).

Altos Mandos: ¿Ya te enteraste?
Yo: Sí...
Altos Mandos: "JJjajajajajajjajJAJAjajJAJAJAJAJa...."

Apagué el celular con rabia. Me dejé llevar, en silencio y lleno de bronca, a la Mansión.
Llegamos después de un corto trayecto en taxi. A unos metros de Libertador, sobre una calle muy paqueta, digna de Merishuli en los mejores (o peores, depende de dónde se lo mire) tiempos de Mendez.
En cuanto entramos al suntuoso salón recibidor -que estaba siendo decorado con todo tipo de estatuas y pinturas alusivas elegidas, sin duda, por el exquisito (y calenturiento) gusto de Naty-, un Chippendale nos encolumnó hacia el office de El Bruche. Creo no equivocarme si digo que Guillex le miró el culito, en un momento.
Desde dentro llegaba su potente voz de cacique tehuelche, cual Patoruzú porno.
Me asomé a la puerta y ahí estaba: sudadera blanca, calzoncillos boxer de seda con motivos búlgaros sostenidos por tiradores. Medias tres cuartos, con sus correspondientes ligas y... ¡coquetas pantuflas rosas peludas! al final de sus peludas piernas, apoyadas displicentemente sobre un costosísimo escritorio de caoba lustrada.
Fumaba un habano con pomposidad y grandilocuencia, haciendo gestos y soplando con vehemencia, mientras hablaba por teléfono.
"...si, Chueco, están haciendo las cosas mal, viteh. Yo le dije al Cabezón y a Mario, el otro día, que les iba a explicar, si me daban un tiempo. No, este finde no puedo. Tengo un compromiso, la fiesta de inauguración de la Mansión. Aguantá, porque yo tendré guita para guardar y para repartir, pero tiempo, no tengo mucho. No, a la fiesta no te puedo invitar, es medio complicado, pero ¿cómo te explico? Araceli podría venir sin problema... Jajajaja, no te chivés, ya te va a levantar el aplazo. No a Villa tampoco lo invité, no te preocupes. Si, es un forro, si. ¡Chau-chau!"

Al verme asomado, me hizo señas con el habano Cohiba, que detentaba como un símbolo de su éxito.
"Pasen, che. Siéntanse cómodos ¿Fernet con coca? Como ven, no puedo más con los buscas estos, que me quieren sonsacar el secreto de mi éxito". Hizo una pausa y capto mi silencioso reproche. "Bueno, nuestro éxito. Por eso la Mansión, que será nuestro hogar murrero". Otra vez hizo un segundo de silencio, y me miró a los ojos: "Es decir, hogar murrero para algunos, para otros apenas un lugar donde cargar las pilas..."
Sus ojos buscaron la complicidad de los hermanitos macana, que festejaron con sendas carcajadas mi magra misión en la casa.
Como adivinando que me estaba resintiendo, Bruche cambió de tema:
"Hemos invitado a todos los salieris, y todos confirmaron. Va a estar divertido".
Miré un teléfono rojo que estaba en una hornacina de ébano con incrustaciones de marfil. Bruche siguió mi mirada. Se puso repentinamente serio.
"No, todavía no lo llamé. Lo tengo que agarrar desprevenido, sino inventa algo y zafa".
En ese momento, una secretaria en topless entró con cuatro Branca con coca, bien servidos. Esperamos en silencio que nos sirviera y se marchara.
"Tiene cuatro doctorados en física cuántica y está discutiendo con Hawking la curvatura del cosmos. Pero ¿tiene buenas tetas, no?"
Acordamos, y -ya con el Fernet-, la cosa de distendió más.
"Fen (ahora que era un empresario a lo Faena le gustaban los apócopes), te vas a encargar de todo lo que signifique registrar esta fiesta para la posteridad. En una Sociedad de Fomento hay libros de actas y secretarios para tal fin. Acá vamos a aprovechar que estás interdicto para la murra y te contraté un equipito de fimación, así hacés algo así, pero a lo Salieri. Scorsese protestó porque tenía que filmar la segunda parte de los Infiltrados con él, pero cuando le puse los tejos se quedó mudo ¡jajajaja!"

Continuará...


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lunes, junio 18, 2007

Origami





Origami: Papel plegado, del japonés (ori: papel; gami: boludez)
Dícese de aquellas figuras hechas de papel que sirven de entretenimiento a grandes y chicos, e incluso se pueden utilizar para el levante salieri calificado
Aca les dejo un gráfico y unas recetas.
(sí, el papel se vende por separado, Paco)

Bueno, en la primer imagen están las instrucciones en japonés, pero es medio complicado el asunto

En la segunda, hay objetos que hasta yo puedo hacer, pero en la tercer imagen, está lo bueno: un regalo para todas las salieris: el famoso "pajarito oriental"
Entretengan sus manos en otros menesteres que los habituales, amigos!